viernes, 12 de marzo de 2010

"DE CUANTO SUCEDIÓ LA TARDE-NOCHE DEL 29-12-2009



No habían dado las 6 de la tarde cuando suena el teléfono de Antonio Ángel(padre de Julia). Se encontraba en la consulta de psiquiatría del Centro de Salud de Almoradí.
Era la voz desgarradora de Belén(madre de la niña)que angustiada le rogaba que volviera a casa.

Antonio Ángel bajó las escaleras a toda velocidad pidiendo socorro para que los facultativos acudieran a su domicilio. Era una emergencia. Algo le ocurría a la pequeña.
Todavía alguien se atrevió a hablarle de Dios como sabiendo lo ocurrido y sin tan siquiera acompañarle a su domicilio.

En menos de 3 intensos minutos se encontraba junto a su esposa e hija. Era una desgarradora estampa de profundo e intenso dolor. Belén sostenía en brazos a la pequeña mientras el padre caía rendido a sus pies ante la desesperación de no poder hacer nada más por su pequeña Julia. A pesar de saber que "todo estaba consumado", no dudaron en intentar volver a la vida a su pequeña. Le llamaban a voces, le estimulaban, le abrazaban y besaban sin descanso.

La ayuda urgente y necesaria no llegaba....

Poco a poco fueron llegando familiares, contemplando la desoladora estampa de unos padres abatidos que lo dieron todo por su hija.

Pasaron 26 minutos hasta que llegaron los facultativos desde el Centro de Salud, todo un record. No llevaban ni un mísero aparato para realizar un electrocardiograma.
Hubo que esperar unos 15 minutos más a que acudiera una U.C.I. móvil. Tarde, muy tarde. Y pensamos si esa tardanza sigue siendo igual en los casos de extrema urgencia en los que las personas nos debatimos entre la vida y la muerte.

Intentamos acceder a la vivienda donde una mezcla de coraje y dolor se fraguaban como un sentimiento de emociones enfrentadas. Era imposible puesto que la Policía Local nos impedía el acceso. Y nos preguntamos: ¿Qué hacían ellos allí?. ¿Cuál era su misión cuando tanto daño, angustia, incomprensión y dolor había generado sus torpezas en todo lo relacionado con el fatal atropello de la pequeña?. Parecían ciegos y sordos ante el dolor de personas a las que se les arranca la vida de cuajo.
Debería resultar imposible que siguieran mirando hacia otro lado cuando el daño no les toca a ellos en su seno familiar.

Al cabo de unas horas accedimos a la vivienda, donde se encontraban familiares y algunos conocidos. El silencio se rompía por el llanto desgarrado e inconsolable de unos padres y familiares abatidos en torno al cuerpo de Julia. Todavía hoy me siento estremecer al recordar aquella trágica experiencia.

Pasado un tiempo llegaron los Servicios Funerarios, quienes recomendaron lo que se debía hacer en adelante...

Poco después una pareja de la Guardia Civil. Todos quedamos extupefactos al verles llegar. Sacaron de su habitación a los padres de la niña y comenzaron a interrogarles en una estancia adyacente. Tanto ellos como el resto nunca entendimos del motivo de su presencia allí. Parecían hacerles presuntos culpables de la muerte de su hija.

Tuvieron que justificar, incansablemente, lo injustificable y nos pareció algo extraño que ninguno de los agentes supieran nada del brutal atropello de la pequeña.

Llamaban una y otra vez al cuartel para informarse sobre que debían hacer. Era una vergüenza y un mal trago bochornoso que todos pudimos presenciar.

Ya era de madrugada cuando llegó la jueza para realizar el levantamiento del cadáver. La tensión fue en aumento cuando se encerraron en la habitación, dejando a los padres fuera. Nos esperábamos lo peor y cuando salieron tomaron la determinación de llevarse el cuerpo de la pequeña para hacerle la autopsia.

La indignación entre los presentes estalló de un modo incontenible. Los padres y abuelos de la niña no estaban dispuestos a que le hicieran más daño del que la niña había tenido que soportar. Rogaron una y otra vez a la jueza que les dejaran velar en casa a Julia. Fue inútil... y los padres rogaron un último favor: "Que se hiciera la autopsia con la mayor celeridad y que a primera hora de la mañana le devolvieran el cuerpo de la pequeña". Obtuvieron la palabra de la jueza y así fue....

La Guardia Civil se llevó del domicilio los partes de asistencia del Equipo de Urgencias y del C.I.C.U. Jamás supimos el porqué y lo cierto es que hasta el momento, pese a ser requeridos por los padres en dos ocasiones, continúan sin aparecer y sin saber quién los tiene.

Continuará..........