viernes, 6 de noviembre de 2009

A ROSA MARIA TRINIDAD Y FAMILIA


Permanecía echado un rato pensando en la llamada que debía realizar a Rosa María Trinidad (madre de Enaitz Iriondo). Sonó el teléfono y como si me hubiera leído el pensamiento era su voz, tan dulce como desgarrada por el dolor y la indignación ante lo que sucede a diario en nuestras carreteras con el beneplácito de una justicia injusta.

De inmediato comprendí que no estábamos solos y sentí ese abrazo de las palabras.

Cuando la palabra es portadora, más allá de su propio significado, del deseo, de la fuerza, de la intención o siquiera del esfuerzo de la boca al pronunciarla, se convierte en abrazo, en apoyo, en beso o esperanza, se vuelve apretón de manos, palmada en la espalda o báculo para sostener al otro.

No hay científico que logre descifrar el dolor, ni poeta capaz de describir el amor grandioso de unos padres por sus hijos, ni diccionario que describa las palabras exactas para descifrar el verdadero dolor por la pérdida y sufrimiento de un hijo.

¿Cómo describir la magnitud del dolor de perder o vivir el sufrimiento de una parte de nosotros?

Cuando perdemos un hijo quedamos con las notas de la canción de cuna, desparramadas en la tristeza, en la soledad, en el silencio de sus risas y sus llantos, a pesar de tanto dolor y desconcierto se nos exige sacar fuerzas de ese dolor para intentar sobrevivir una vida truncada por la inconsciencia de quienes nos arrebataron de golpe nuestros proyectos de vida al lado de nuestros hijos.

El dolor siempre aflora de nuevo, porque nunca se ha ido, el dolor queda como parte de la vida, pero es un dolor absorbido y arraigado en el corazón y vive en nosotros, aunque muchas veces guardemos ese dolor celosamente para nosotros mismos, con las memorias y recuerdos de nuestro hijo amado.

Hoy quiero agradecer las palabras y el apoyo que recibí tras esa llamada que tantas veces repetimos para demostrarnos el afecto mutuo que, sin vernos frente a frente, nos tenemos. Tu gran aportación hace un poco más llevadera la ausencia de mi madre, a la que tanto amé siempre y que ahora tanto echo de menos.

Si fuésemos capaces de saber cuándo y donde volveremos a encontrarnos de nuevo, nuestra despedida no sería tan dolorosa.

Con las palabras y tu incondicional apoyo nos demuestra ser una gran madre para nosotros y para otras personas como ya te conté.

Rosa, te arrebataron un hijo pero es nuestro deseo que sepas que has ganado otros muchos.


Un abrazo de amistad y comprensión
Nunca puede despreciarse,

Aunque sólo sea de palabras
Bueno será abrazarse.
Raudo a este abrazo acudo
Abriendo mi corazón
Zambullido en la palabra,
Océano de la ilusión.

Rostro de la comprensión.
Ola inmensa de amistad.
Sorbo de agua fresca y clara,
Amiga hecha de lealtad.

*A todas las familias que como nosotros sufren de manera dramática la actitud de la delincuencia en el tráfico y cuyos datos son escalofriantes. Exigimos una respuesta contundente e inmediata ante sentencias que no hacen justicia ni bien a la sociedad.

5 comentarios:

  1. Rosa María no te puedes imaginar cuanto bien has hecho y estas haciendo, Gracias por tu gran labor y apoyo incondicional. Aquí me tienes para lo que necesites y quiero que sepas que te queremos.
    GRACIAS MUCHISIMAS GRACIAS.
    Pepe.

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  2. Hoy he tenido la oportunidad de ver a esta señora en el programa de la mañana de tve1 y mi sentimiento está con ella. ¿Cómo se puede pedir a unos padres que perdonen a quién mató a su hijo si éste jamás mostró arrepentimiento alguno? De nada serviría que lo hiciera ahora, ni delante de un juez, ni ante nadie. Quienes si debieran pedir perdón son los jueces por dejar en total desamparo y desprotección a las víctimas. Deseo que el Tribunal de Estrasburgo haga lo posible por restaurar esa Justicia que un día les dejó de la mano. Es mi deseo y espero que su lucha, como la de los padres de esta niña, nunca sea en vano porque quienes arremeten de esta forma tan salvaje contra la vida de los demás han de ser castigados de forma enérgica y rigurosa. Ánimo y gracias por ser un ejemplo para toda persona de bien. F.H.J.

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  3. Espero que el Tribunal de Estrasburgo haga devolver a esta familia la dignidad de la que la justicia española les privó. Es esa injusticia española la que hace que miles de familias se sientas desamparadas y tratadas incorrectamente. Parece que su función sea la de proteger a los infractores dejando tirados a los agredidos. Es una verdadera verguenza y despropósito. Javier G.P.

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  4. Le trasmito todas mis fuerzas a esta señora para seguir luchando y sólo espero que la justicia se avergüence de lo tantísimo que ha hecho sufrir a estos padres. Mi abrazo más sincero para Rosa María y su familia y también para Julia y sus papás.
    Maari Carmen y Luis

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  5. recuerdo este caso y se me hiela la sangre de pensar lo sucedido y la incapacidad de la justicia para hacer cumplir las penas por casos tan despiadados. La complicidad de los jueces con los asesinos y el abandono al que se enfrentan las familias de los accidentados, tejen una maraña de intolerables consecuencias que nos llevan a un abismo intolerable a toda la sociedad. No sería extraño que llegáramos a un punto en que cada uno nos hayamos de tomar la justicia por nuestra mano ante la pasividad y el menosprecio que se tiene a la vida de los demás. Mis condolencias a la familia de este joven y decirles a los padres de la niña que poco a poco y con vuestro esfuerzo infinito lograreis hacernos ver donde está la razón que algunos desalmados han intentado esconder. Un ciudadano de bien que apoya vuestras causas. J.M.Orbegozo (Huesca)

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