jueves, 21 de enero de 2010

CARTA PARA UN ÁNGEL


Para mi adorada hija Julia....

Para mis ojitos de café con leche y miel.


Te echo de menos vida mía....sigo gritando en silencio.






Querida hija mía,

ahora que has decidido marcharte debes comprender y sentir el amor inmenso que te tengo, este amor que no cabe en mi pecho y que todos los días te seguiré brindando.

Sé que te encuentras muy bien y que partiste hacia un lugar mejor que este mundo lleno de incomprensión, dolor y llanto. Lo sé porque te siento en mi corazón magullado por el dolor de no tenerte a mi lado.

Te doy las gracias por brindarme esos preciosos momentos que compartimos juntos, tus sonrisas, tus caricias, tus besos, tus juegos y tus primeras palabras, cortas pero al fin y al cabo palabras como "papá", que llenaron mi corazón. Gracias por tus miradas llenas de picardía y asombro. Gracias por hacerme sentir tu presencia en cada uno de mis pasos y pensamientos, a pesar de no poder soportar la falta de tus caricias, mimos, el tacto de tu piel y mi deseo de besarte infinitamente. Gracias por haber sido tan generosa y consolarnos a través de tu cariño. Gracias por permitirme estar a tu lado hasta el último instante.

A veces me pregunto: ¿por qué llorar por un alma que es libre al fin?

Y pienso que no puede acabar lo que es eterno, ni puede tener un final la inmensidad de nuestro amor.

Me niego a pensar que el dolor que compartimos sea en vano y me niego a admitir cualquier calamidad que repta por esta maldita existencia en un mundo lleno de penalidades causadas por quienes se creén con el derecho a destruir la vida de los demás. Nunca nos daremos por vencidos ante los obstáculos que nos están poniendo en nuestro existir y seguiremos luchando por lograr la Justicia y Dignidad que siempre mereciste y que algunos mal nacidos intentan enmascarar mediante un juego cruel y sucio de mentiras de las que pronto tendrán que dar explicaciones.

Siento que la vida te traicionó, nos golpeó descaradamente y sin piedad, creando un océano de sufrimiento insoportable.

Hija mía siento la cercanía de tu presencia en nuestra casa impregnada de tí, en los sonidos que compartimos y que ahora recuerdo con nostalgia, porque el amor es más fuerte que la muerte.

Cada noche contemplo el esplendor sereno de la luna y las estrellas donde deposité mis esperanzas de encontrarte como aquel día te repetía susurrándote al oido.

Donde quiera que estés échame de menos un poquito cariño y te pido perdón por mis lágrimas derramadas, por mis días de ira e incomprensión, por creer que no necesitaba la ayuda de quienes estaban a nuestro lado. Me siento envuelto en una madeja de coraje y dolor que me desgarra por dentro.

"Desdichado aquel que no haya podido conocer a un ángel entre nosotros"

Iniciaste una nueva etapa y hasta que nos volvamos a encontrar, que la abuela Angelita y todos los que un día emprendieron el mismo camino, cuiden de tí y te sostengan suavemente sobre las palmas de sus manos.

Sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida y me reuno contigo para siempre.

Te lo agradeceré con el inmenso amor y cariño que siempre te he tenido y te tengo.

Te ama profundamente..........tu padre.